martes, 4 de diciembre de 2012

Un centro comprometido con su propia ceguera

Un centro comprometido con su propia ceguera





Un año para recordar
Muchas cosas pasaron en el último año. Sin ir más lejos, hace un año YPF era española, todavía no se había reformado el Banco Central, no existía aun el Plan de Créditos para Vivienda ProCreAr, los pibes de 16 todavía no podían votar, ni los trabajadores rurales ni las empleadas domésticas tenían un régimen de empleo digno por ley, no había Ley de la Música ni Ley de Regulación del Mercado de Capitales, entre muchas otras cosas, que hoy son realidad. Pero además, hace un año la Ley de Medios seguía, como ahora, sin poder ser aplicada en su totalidad, por decisión del poder judicial. Las constantes transformaciones que vive nuestro país, ocultadas sistemáticamente por la agenda de las corporaciones mediáticas, son la prueba misma del valor de la política y del compromiso militante. Fueron militantes POLÍTICOS quienes pusieron en marcha este cambio, y hoy es la juventud militante quien toma la posta y se organiza en todo el país para garantizar la profundización constante de este Proyecto Nacional y Latinoamericano, para garantizar que todo lo que no se pudo conquistar aún, sea realidad efectiva.

Los medios SON la derecha
Pero la juventud movilizada, y el pueblo conciente de sus derechos, asustan a quienes pretenden sostener sus privilegios. Hace algunos meses, la corte definió que el 7 de diciembre terminan  las cautelares para Clarín, que debe adecuarse a la Ley de Medios. Este hecho, tan banalizado por el propio Grupo, que pretende que esto se perciba como una “pelea entre el gobierno y Clarín”, pero también banalizado por la gran mayoría de la izquierda antikirchnerista, y la que conduce nuestro centro de estudiantes en particular, casi con el mismo discurso, constituye una realidad sumamente trascendental para nuestro país. Todos los gobiernos populares latinoamericanos han sufrido los embates de los medios, porque estos se han constituido en la derecha realmente existente: en la política, en el juego democrático, ganan las mayorías populares, y como la derecha no puede ganar elecciones, se dedica a deslegitimar, difamar, operar, dividir, poner palos en la rueda a través de los medios. El 7 de diciembre no es una pelea entre el gobierno y Clarín: lo que está en disputa es si quien manda en nuestro país es el Estado, cuyas autoridades elige democráticamente el pueblo, o las corporaciones, que no las elige nadie y que han sido cómplices de todas las dictaduras. Y la forma que tiene la derecha de horadar los gobiernos populares, son los llamados “golpes blandos”, en que a través de campañas mediáticas se busca movilizar a la población contra los gobiernos. Los recientes cacerolazos son una muestra de eso, a lo que se suman los levantamientos de Prefectura y Gendarmería y la movilización del sindicalismo antikirchnerista. El 7D, al obligar a todos los grupos mediáticos a adecuarse a la Ley, implica reducir el poder de fuego de estas corporaciones para fogonear estos “golpes blandos”. E implica la disponibilidad de licencias para cumplir con la distribución de espectro que obliga la ley. Por eso, los intereses que se expresan a través del poder mediático, que pretenden volver a una Argentina sin memoria, sin industria y sin dignidad, juegan todas sus fichas a las movilizaciones que se produzcan contra el gobierno, sean estas sindicales, de fuerzas de seguridad, o de la clase media que tiene tristeza.

Un centro que degrada la política
En este marco nos encontramos con un centro de estudiantes cuyo único compromiso es su propia ceguera: La Mella (si es que se llama así, ya no sabemos si decirles la Juntada, el Empuje, Contrahegemonía, Juventud Rebelde, Compa, o Marea), conducción del CECSo, de identidad política indefinible, publica un nefasto “boletín” a todo color sobre el 7D donde cuestiona al AFSCA arrogándose la representación de los “medios populares” (¿alguien conoce la “radio” del centro?), acusa al mismo AFSCA de ¡no cumplir la Ley de Medios! que ellos ni siquiera apoyaron, se olvida del Grupo Clarín y su historia, y poco tiempo después decide plegarse al 20N, paro del sindicalismo antikirchnerista (Moyano, Micheli, Barrionuevo) fogoneado por la derecha, y saludado incluso por Macri. Ni siquiera el FER-Brújula, coconducción del CECSo, ni muchas otras expresiones de la “izquierda independiente” como El Gleyzer decidieron apoyar el 20N, ni cuestionar el 7D, de ahí que el mencionado boletín lo haya sacado La Mella en soledad. Es difícil entender la postura de La Mella, agrupación que existe principalmente en la Universidad de Buenos Aires, desde donde financia campañas a todo color en la Ciudad de Buenos Aires. ¿Cuál es el sentido de hacer campañas políticas sin asumir un compromiso político concreto? Lo que si tenemos claro, es que la praxis de esta agrupación degrada la política al convertirla en una seguidilla de comunicados sin correlato electoral, casi una revista de opinión, sin compromiso real con el devenir de nuestro pueblo. Desde Vamos Sociales, como estudiantes de sociales, y como militantes políticos comprometidos con la transformación de la realidad, lamentamos que la conducción de nuestro centro de estudiantes no muestre más compromiso que el que tiene con su propia ceguera, y lo lamentamos realmente porque vivimos un momento histórico soñado, en toda Latinoamérica, procesos inescindibles entre sí que tenemos que cuidar y profundizar, frente a los cuales La Mella, que no puede ver que una derrota del kirchnerismo sería una victoria de la derecha y una derrota de nuestro pueblo, pretende erigirse, según sus propias palabras, en “ la superación del actual proyecto kirchnerista”.