En el debate de candidatos que se hizo anoche, quedó clara la posición de cada candidato: al principio confrontaron el Chipi Castillo con Alcira Daroqui. El Chipi lamentó no haber podido cerrar un frente con Alcira para poder oponerse con todo al Gobierno Nacional, pero recordó que el espacio de Daroqui es "demasiado hetetogéneo". No aclaró si se refería a los "peronistas" que acompañan a Langieri, Motto, Murillo, Daroqui y compañia, a sus hermanos troskistas "infiltrados" en la lista vecina o a los radicales de Franja Morada. Alcira le recordó que las diferencias habían sido de otro tenor con el frente de izquierda del Chipi, pero no aclaró cuáles eran las diferencias.
La primera intervención del público fue de un estudiante kirchnerista que le señaló a Alcira Daroqui que todo su discurso era nebuloso y contradictorio: por un lado coincide con las propuestas radicales del Chipi Castillo, por otro lado defiende la institucionalidad y el statu quo de la carrera y de sus aliados docentes, oponiéndose a cerrar alguna de las más de 100 optativas que hay en la facultad, ya que "sería dejar a gente sin trabajo".
El Chipi de entrada encuadró el debate en capitalismo versus anticapitalismo: "sólo se puede ser crítico si se es anti-capitalista", "este gobierno es neoliberal y oligarca, igual al de Menem y a todos", "hay que abolir la nota numérica y oponerse a todo", "hay que crear el mundo de nuevo", repitiendo con oficio las mismas frases que dice en todo discurso desde hace más de 20 años y en desde el 2001 en la materia optativa que se auto-asignó cuando fue Director de la Carrera. ¿No es una extraña manera de empezar a cambiar el mundo?
A Alcira se la veía nerviosa, muy lejos del carisma de Rubinich. Tal vez por los aplausos de los de La juntada y La Mella, grupo de remeras verdes e ideología indefinida al que sólo le interesa mantener el control del Centro de estudiantes y por eso apoya a Daroqui. O tal vez porque en la sala había muchos militantes troskistas que aplaudían cada discurso del Chips como si estuviesen en un soviet obrero. Quizás por eso Alcira no dejó de resaltar que había hecho los deberes para los troskistas: "sólo firmé el acuerdo de dejar la toma de la facultad cuando estuve segura que todos los pedidos de los estudiantes iban a cumplirse", "dialogo con todos los espacios políticos, hasta con los más confrontativos". También no dejó de resaltar ante los militantes rentados del troskismo que tenía más acuerdos que diferencias con El Chipi: "coincido en la mayoría de las cosas con El Chipi". Nebulosa una vez más, no se refirió a si coincidía en abolir la nota numérica, en "crear el mundo de nuevo", en la cercanía de la revolución, en darle todo el poder a los soviets, o en que el único modo de obtener una mejor Carrera de Sociología en este contexto nacional e internacional es "oponerse al gobierno neoliberal K que se mofa de los trabajadores y es cómplice de las patronales", como acababa de decir el Chipi, aplaudido por su numeroso séquito de jóvenes idealistas de ideas antagónicas. Ojalá la realidad fuese tan simple, luchadores pro-obreristas versus patrones imperialistas. ¿No nos enseñaron, al menos en algunas materias de la carrera de Sociología donde no domina el troskismo, que la realidad es un poco más compleja y que hay más actores sociales que participan de la negociación política?
La posición de Urresti, que encabeza un frente de agrupaciones peronistas y progresistas, fue la más clara, concisa, propositiva y contemporánea. En el poco tiempo que lo dejó hablar el moderador Meccia (que aplaudía sólo lo que su Directora decía, y algunas ideas romántico-adolescente-exaltadas del Chipi), Urresti propuso hacer debates sobre los temas nacionales y hacerle críticas al Gobierno Nacional, pero reconociendo los avances que ha habido tanto en materia de políticas públicas, sociales y educativas. Pero las críticas no tienen por qué ser difamatorias, aclaró refiriéndose a Castillo. También propuso trabajar en la salida laboral de los estudiantes y graduados de la Carrera y en trabajar para que deje de disminuir la matrícula de estudiantes de la Carrera. Alcira contestó a esto que la baja de la matrícula de la carrera de Comunicación o de Trabajo social era mucho más dramática y que por eso para nosotros eso no era un problema.
Uno de los puntos de diferencia fue el Edificio único. Para Castillo, sólo se había logrado por la lucha de ellos, para Alcira había sido por la gestión que había apoyado la lucha, y para Marcelo el edificio único se logró en parte gracias a la lucha y en parte gracias al Estado. "Cristián, no es lo mismo el 2% de PBI para Educación en los 90's, cuando luchamos mucho y no nos daban nada, que el 6% del PBI para Educación, que es lo que el Estado destina actualmente."
Urresti también propuso "revisar el plan de estudios y trabajar para generar sociólogos competentes en el mercado de trabajo, ya que no basta con formar investigadores académicos, porque sólo 1 de cada 5 sociólogos trabaja de eso. Y esa proporción disminuye más después de los primeros diez años de graduados."
Urresti fue el único candidato que propuso que la Carrera intervenga en la agenda pública, contribuyendo al debate y a incidir en las políticas nacionales: "En Economía hicieron el Plan Fénix, en Comunicación la Ley de Medios y en Sociología, ¿qué? Eso es un asunto pendiente para todos nosotros. Tenemos un excelente capital humano. Sólo es una cuestión de decisión de la gestión, los Profesores, los graduados y los estudiantes."
El único modo de participar en política no es oponerse a todo como cree la anquilosada y autista izquierda universitaria, tampoco pactar con ellos para que no paralicen la universidad, como cree Daroqui. Tenemos la oportunidad de aportar en estos años como sociólogos/as y como Carrera al país. Depende de nosotros salir de la burbuja de la facultad donde muchos creen que "o creamos el mundo de nuevo o pactamos con la patronal". Está en nosotros despegar la imagen de nuestra facultad de la simpática pero estéril pantomima estéril que hacen algunos Profesores con su lenguaje pre-gramscista. El único modo de incidir en la cosa pública es participando. Discutiendo la realidad con otros actores, no negándola. Porque en todo caso el único modo de acercarnos a la revolución es trabajando con los distintos actores de un modo adulto y pensando sociológicamente para poder aportar al país desde nuestro lugar. Es hora de un cambio en la todavía prestigiosa Carrera de Sociología de la Universidad de Buenos Aires. Es hora de romper la burbuja marxista-protosociológica y empezar a dialogar con un sector más amplio de la sociedad.
Graduados de Sociología UBA - Lista Plural 10
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