lunes, 30 de julio de 2012

Movimiento hacia una Constitución Emancipadora


La Presidenta de la Cámara de Senadores del Estado Plurinacional de Bolivia, Gabriela Montaño disertó el sábado en el auditorio de la Facultad de Ciencias sociales de la Universidad de Buenos Aires en el marco del Movimiento hacia una Constitución emancipadora.  Tras una extraordinaria introducción del director de la Biblioteca Nacional, Horacio González,  donde destacó “Bolivia es una palabra grabada en el corazón de América latina. Estremecimiento, dolor, promesa. Espacio crucial para la transformación latinoamericana.”, Montaño, acompañada por diversos agrupaciones y organizaciones del campo popular en un auditorio colmado, reseñó la importancia de la sanción de la Constitución Plurinacional en su país para reconstituir los derechos colectivos de los sectores populares y los pueblos indígenas que empezaron a ganar  espacio en la agenda política y social tras la llegada a la presidencia de Evo Morales.
El relato se centró en la experiencia de construcción de la constitución de Bolivia y la situación del derecho colectivo antes de la Asamblea Constituyente. “El censo de 2001 viene a descubrir que Bolivia es un país mayoritariamente indígena. El 62% de la población mayor se autodefine como indígenas. El tema central es ¿Cómo me defino a mí mismo? Del 62% encuestado que implicaba 3,2 millones, 1,7 millones ya no estaban en comunidades rurales sino en el área urbana. En un estado monocultural, homogeneizador, un 62% indígena cómo se explicaba.” En este punto Gabriela comienza a destacar las heridas en la historia del estado monocultural. “No reconocía la existencia de la identidad indígena, un hilo común que une la memoria de los campesinos, sus costumbres, su pasado, su lengua; hizo todo lo posible por romperla y tratar de convertir al indígena en un individuo separado del resto sin una identidad común. El sujeto ciudadano.” La otra herida según Montaño: “Se centra en el aspecto del estado y sus regiones en una Bolivia constituida por nueve departamentos y 300 municipios donde las decisiones tomadas en la periferia no llegaban a tener repercusión en la esfera estatal.” Y añade: “La desarticulación del estado y sus regiones junto a la concentración de la riqueza en pocas manos  son los artífices de la imposibilidad de reconocimiento de las diversas formas.”
Camaño explicó además con suma elocuencia el fenómeno de las democracias liberales en Bolivia como espejo del resto de América Latina: “El estado estaba destruido. Se encontraban en crisis los  partidos tradicionales. Democracias pactadas como si se tratase de un intercambio de figuritas. No había posibilidad de elección interna en los partidos. La gente dejo de confiar en las instituciones del estado. Cuando se realizaron las marchas indígenas en los noventa se decía queremos tener nuestro territorio y gobernarlo y les contestaban que pero hermano eso no esta en la constitución. No se puede. Solo existían las TCO (tierras comunitarias de origen). La autonomía indígena no estaba reconocida en la constitución. Con el gobierno de Evo Morales esto comenzó a cambiar y el estado monocultural inició un proceso de integración de las múltiples identidades que conforman al sujeto constituyente; pueblos indígenas campesinos no son palabras separadas. Hemos roto con gran esfuerzo las imposiciones de un estado monocultural y eso gracias al coraje del compañero Evo Morales.” 
El auditorio estalló en aplausos y dieron lugar al epílogo del relato. “Ahora al sujeto colectivo de nuestra Carta Magna se lo integra a la toma de decisiones. Se reconocen a sus pueblos y ciudadanos”. Y agregó: “El proceso constituyente no se ha cerrado, no terminó. Esta es una construcción diaria y damos la batalla todos lo días para profundizar la apertura hacia una democracia que integre las identidades que aloja en su seno y los convierta en sujetos de derecho con voz y voto” El auditorio de pie estalló en aplausos para despedir a este cuadro político del Estado Plurinacional y clausuró una mañana fascinante e histórica en la Facultad de Ciencias Sociales. 

miércoles, 18 de julio de 2012

Festival Japiro: Una forma de resistencia

Eran claras las diferencias. Por un lado, una embajada vallada y distanciada de la realidad, semanas atrás habíamos pasado para invitar a la feria de la patria grande que realizamos en Sociales, pero que ahora se notó despojada de toda esperanza que tuvo, despojada hasta de las fotos del gran Solano López, sólo pancartas pidiendo por Lugo. Por el otro lado, vimos arrimarse a la biblioteca nacional a un grupo de hermanos paraguayos a pronunciarse al aire libre contra el pisoteo de sus derechos.

Esto no es más que la realidad de gran parte de la comunidad Paraguaya que se ve en un punto de quiebre en su orgullo, en su más preciado derecho: el vivir en democracia. Ellos saben que les usurparon su esperanza y por eso actúan de las formas más creativas para mostrar su enfado, el surgimiento de un festival llamado Japiro que simboliza un grito de hartazgo que junta años de impotencia y bronca.

Se buscó un festival basado en la expresión de las  personas, desde bandas como Almatierra, Perros de Nadie, Compadres del Horizonte, Semilla Sonajer, entre otras, hasta ya el característico micrófono abierto que abarcó a jóvenes, adultos y ancianos que alertaron sobre la vuelta de la corrupción, sobre los convenios con transnacionales por parte del gobierno ilegítimo de Federico Franco, sobre el gran peligro que conlleva este golpe parlamentario al proceso de integración que lleva adelante América Latina. 

Pero el festival no fue solamente eso, principalmente se escucharon voces de aliento y fuerza en este proceso de resistencia pacífica. En eso es en donde recidió su fuerza.

En la parte cultural, se llevó a cabo un mural a cargo de Ezequiel Carloni y Laura Requejo que representaba la lucha del pueblo paraguayo a lo largo de su historia, además de la poesía recitada en la voz de Mariano Dubin.
Todo esto fue una expresión unánime de fuerza y lucha, porque algo que se veía en el ambiente era mucha convicción por devolver al Paraguay el proceso de cambio que tantas vidas costó.



domingo, 15 de julio de 2012

Cursos de Invierno











La academia, con sus formas y procedimientos, va creando a lo largo del tiempo compuertas, tabiques, que restringen lo que es considerado ciencia, de lo que no, expulsando a pensadores, autores y creadores  de su Parnaso. Este curso pretende redescubrir algunos de esos autores marginados, olvidados, que sin embargo aportaron al terreno de la Teoría y la Filosofía política, elementos nodales para la construcción de un pensamiento emancipador. Apenas ventanas que nos permitan iniciar un camino de reelaboración de nuestra propia disciplina, cuestionando sus conceptos y autores sagrados, recuperando líneas y tradiciones hoy ocultas.

Un  tópico central de la teoría y la filosofía políticas, que atraviesa toda su tradición hasta la actualidad, ha sido y sigue siendo el vínculo entre lenguaje y política. Ya desde la impronta de Aristóteles se define al hombre como un animal viviente dotado de razón, pero en donde la razón se focaliza en su modalidad de palabra, discurso, y por ello el hombre deviene un 'animal político'. Hobbes señala que es justamente por la palabra que la política puede advenir en teatralización, dando paso a una semiología política. Desde estos dos puntos de vista clásicos adquire relevancia ahondar en la problemática de los significantes amo, inscriptos en los discursos, como una forma de dar cuenta de determinados paradigmas políticos. El propósito de esta clase será ahondar en los significantes amo que gobiernan a la teoría política antigua y medieval, utilizando categorías lacanianas, y de esta forma dar cuenta que la teoría no es sólo una forma de pensar sino, también, una forma de gozar.


RECUPERAR EL REPUBLICANISMO COMO TRADICIÓN POLÍTICA POPULAR
Existe en la Argentina una “impostura republicana”, oligárquica, conservadora y contramayoritaria.  El campo popular parece, paradójicamente, aceptar esa “apropiación” conceptual  y consiguientemente se declara crítico del republicanismo,  porque antagoniza con sus detentadores (y resigna el fondo del asunto…)
Se vuelve necesario, entonces,  recuperar la enorme potencia crítica que esta tradición tiene restituyéndole su carácter originario indiscutiblemente asociado a formas democrático populares y tumultuosas.
En cuanto a nombres propios, vamos a detenernos en Maquiavelo, Ranciere, Sarmiento, Echeverría, Viñas y Walsh.
 
 
Pese a su contenido aparentemente fantástico, la novela de Jonathan Swift, publicada en 1726, es en realidad una crítica feroz a la sociedad de su época y a la propia condición humana. Swift recorre temáticas como la libertad, la igualdad y la moral, levantando su voz contra la ocupación británica en Irlanda y planteando a lo largo de sus escrítos modelos de sociedad utópicas en la línea de Tomás Moro. 


Y NO TE OLVIDÉS...